LA IMPACIENCIA

Pastor Diego Forero

Eclesiastés 3:1-8Nueva Biblia Viva (NBV)

Para todo hay un tiempo oportuno. Hay tiempo para todo lo que se hace bajo el sol.

Tiempo de nacer; Tiempo de morir; Tiempo de plantar; Tiempo de cosechar;

Tiempo de matar;Tiempo de sanar;Tiempo de destruir;Tiempo de reedificar;

Tiempo de llorar;Tiempo de reír;Tiempo de tener duelo;Tiempo de danzar;

Tiempo de esparci

r piedras;Tiempo de recoger piedras;Tiempo de abrazar;Tiempo de no abrazar;

Tiempo de encontrar;Tiempo de perder;Tiempo de ahorrar;Tiempo de derrochar;

Tiempo de romper;Tiempo de reparar;Tiempo de callar;Tiempo de hablar;

Tiempo de amar;Tiempo de odiar;Tiempo de guerra;Tiempo de paz.


Vivimos en la era de la impaciencia. Hoy en día la comida rápida es demasiado lenta; ahora podemos ordenarla por delante. Incluso el café instantáneo “toma demasiado tiempo”; ahora usamos Keurig. Ya no vamos a la tienda por nuestro mercado, ahora nos lo traen a la puerta de la casa. Ya no vamos a visitar a otras personas, ahora les enviamos un e-mail o un text message. Hoy estamos rendidos ante el nuevo y maravilloso sistema del WiFi y de los Smartphones, todo lo hacemos on-line.

Este nuevo sistema mundial nos esta envolviendo al punto de llevarnos a perder nuestra capacidad de ser pacientes por completo. Queremos todo de inmediato y cuando no lo conseguimos, explotamos en ira y enojo, hasta llevarnos a toma decisiones equivocadas que terminan por arruinar nuestras vidas. El mundo actual nos está condicionando a hacerlo todo a nuestra manera y cuanto antes. Ya no tomamos tiempo para ver a Dios actuando a nuestro alrededor.

La manera como reaccionamos cuando estamos bajo presión es lo que muestra realmente el estado de nuestra salud espiritual. Cuando todo marcha bien es fácil tener paz, pero ¿qué pasa cuando estamos bajo la presión del estrés? Dios quiere que conservemos la calma y que seamos pacientes. Por tanto, en lugar de impacientarnos por nuestra situación, debemos ser pacientes y esperar a que Dios nos muestre la salida adecuada. Pidámosle a Dios que nos de el don de la paciencia, mientras esperamos a que nos ayude a resolver nuestros problemas. Estemos seguros de que Dios no nos dejará solos. Si permanecemos junto a Él, no tenemos de qué preocuparnos.


¿EN QUÉ NOS AYUDA LA PACIENCIA?

· Nos ayuda a soportar y a sobreponernosa reveses, contratiempos, adversidades y dificultades.

· Nos ayuda a mantener la calmay no alterarnospor cualquier cosa.

· Nos ayuda a mantener libertad de pensamientopara ser tolerantes y capacesde manejar bien nuestras emociones.

· Nos ayuda a mantener libertad de acciónpara perseverar en la búsqueda de soluciones.

· Nos ayuda a confiarpara esperar el tiempo perfecto de Dios. Así, podemos mantener viva nuestra esperanza, a afirmar nuestra fe y a amar más a nuestro prójimo.


TRES AREAS DONDE NOS ES MÁS DIFÍCIL PRACTICAR LA PACIENCIA

1. Paciencia con las demás personas.

Colosenses 3:12-13 Reina Valera Contemporánea (RVC)

12 Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia.13 Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense de la misma manera que Cristo los perdonó.


Paciencia es soportar a las demás personas cuando no comparten nuestro estilo de vida, nuestra fe, nuestras prioridades y percepción del tiempo. Siendo aun más específicos, una manera en que la paciencia se orienta a los demás es al perseverar para hacerles bien. Las buenas obras de los cristianos son personales: son por el bien de los demás. La paciencia no sólo es un fruto que produce el mismo Espíritu Santo, sino que también nos ayuda a ser fructíferos por el bien de los demás. 

2.Paciencia ante las adversidades de la vida

Santiago 1:2-4 Reina Valera Contemporánea (RVC)

2 Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando estén pasando por diversas pruebas. Bien saben que, cuando su fe es puesta a prueba, produce paciencia. Pero procuren que la paciencia complete su obra, para que sean perfectos y cabales, sin que les falta nada.

Lo opuesto a la impaciencia en el sufrimiento no es una simple negación de la frustración. Lo opuesto de la impaciencia es una disposición profunda, madura y tranquila, ya sea a esperar a que Dios actúe, o de perseverar a su ritmo – paso a paso, poco a poco.

3.Paciencia con Dios

Salmos 40:1-3 Nueva Biblia Viva (NBV)

Con paciencia esperé que Dios me ayudara; entonces él oyó y escuchó mi clamor. Me sacó del abismo de la desesperación, del pantano y del lodo; puso mis pies sobre senda dura y firme, y me fortaleció mientras yo proseguía mi camino. Me ha dado un nuevo cántico para que lo entone, con alabanzas a nuestro Dios. Ahora muchos oirán de las cosas admirables que él hizo; maravillados estarán ante el Señor, y en él pondrán su confianza.

CÓMO BATALLAMOS CONTRA LA IMPACIENCIA

Cuando te impacientas por que la manera en que planeaste tu día, o la manera en que planeaste vivir tu vida es cortada o retrasada, puedes tomar una de tres decisiones diferentes, dependiendo de tu personalidad, de las circunstancias o de tu fe.

1. Decides darte por vencido.

Habacuc 2:3 Nueva Biblia Viva (NBV)

Las cosas que planeo no ocurrirán tan pronto, pero con toda seguridad ocurrirán. Aunque pienses que se demoran en cumplirse, no te desesperes. ¡Todo acontecerá en el día que he señalado!

Si va a haber frustración, oposición y dificultad, entonces lo olvidaré. No me quedaré en esta relación, no esperaré más por ese trabajo, no tomaré este reto, etc.

2. Decides actuar impulsivamente.

Isaías 40:31 Nueva Biblia Viva (NBV)

31 Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas: emprenderán vuelo como si tuvieran alas de águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no desfallecerán.

Al ver que no llega una respuesta rápida a tu necesidad, tratas de resolver las cosas imprudente y precipitadamente, de forma impetuosa. No le das tiempo a Dios de actuar.

3. Decides activar tu fe.

Salmos 130:5Nueva Biblia Viva (NBV)

Yo espero en el Señor; sí, espero en él. He puesto mi esperanza en su palabra.

Cualquier manera que tengas para batallar con tu impaciencia, el punto central es que es una batalla contra la incredulidad y por tanto no solo es cuestión de personalidad. Es la cuestión de si tú vives por fe y si heredas las promesas de vida eterna.

Lo que tenemos en el Salmo 130:5 es una ilustración clara que la manera de batallar con la impaciencia es de fortalecer tu esperanza (o fe) en Dios, y la manera de fortalecer tu esperanza en Dios es escuchar su Palabra, especialmente sus promesas.

Si tú estás tentado a no esperar a Dios apaciblemente, a permitirle a El que te diga tu siguiente paso—si tú estás tentado a abandonarlo o a proceder sin El—por favor entiende que éste es un momento para una gran batalla espiritual. Toma la espada del Espíritu que es la palabra de Dios (Efesios 6:17), y clava la maravillosa promesa contra el enemigo que es la impaciencia.